El Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife nace a principios de los años sesenta

1962 es algo más que un año. Durante el mes de agosto, un grupo de personas dinámicas y amantes de nuestra isla promueven y gestan lo que después sería el Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife.

En ese verano se comienza a aunar esfuerzos y a reunir personas, fomentando encuentros permanentes en el Hotel Mencey y en el Parque García Sanabria. Con un claro fundamento: el inicio de una desinteresada entrega. Los pioneros del CIT recuerdan las inquietudes de aquella década, instantes en los que, cada uno, había coincidido en una misma reflexión: “el futuro estaba estrechamente vinculado al turismo” y, afirmaron, tras unificar criterios, que la isla obtendría la mayoría de sus beneficios económicos de aquél y que habría que trabajar con ahínco para concienciar a la ciudadanía de la importancia que conllevarían todas las actuaciones que, en este ámbito, se realizaran.

No fue fácil, en aquellos tiempos, constituir esta entidad. Cada paso que se dio para tal fin, debía mostrar firmeza y claridad. Frecuentes reuniones, fueron esenciales para trazar las rutas del camino, desarrollando propuestas.

Los fines que se trazaron los gestores de esta institución poseían las claves necesarias para generar riqueza. Tal fue así que los primeros informes que se presentaron al Gobierno Civil contaron, rápidamente, con la aprobación.

Radio Club y el Círculo de Amistad XII de Enero fueron los dos marcos testigos de la consolidación; en el segundo se formaron los equipos de trabajo. Nicolás Álvarez García y Elías Ramos González, capitanearon la Comisión Organizadora.

Se entablaron las primeras relaciones con los Cabildos y Ayuntamientos. Todos sabían, a ciencia cierta, que había que promover el turismo, organizarlo y homenajearlo para promocionar nuestra isla y, sobre todo, Santa Cruz y su Puerto. Anhelaban que los turistas se fuesen con un buen recuerdo que les alentara a regresar y que animara a otros a visitarnos. Desde las instituciones obtuvieron todo el apoyo que precisaban y relevantes políticos de la época llegaron, con gran entusiasmo, a formar parte de la organización.

Coordinar el desarrollo del sector, fue motivo suficiente para constituir “El Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife”. D. Elías Ramos González se dirigió al Gobernador Civil y, como presidente de la Comisión Organizadora, le indicó el propósito de celebrar un acto público en el hotel Mencey al que estaban invitados distintos industriales, entidades y personas relacionadas con el turismo que tuvieran interés en integrarse. Una vez autorizada, se celebró la Asamblea Constituyente. Siete días más tarde, en el Círculo de Amistad XII de Enero, se elige la primera Junta Directiva resultando como presidente Enrique Quintero Barrera, como vicepresidentes Elías Ramos González, Ruperto J. Carrillo Tejera, Carlos González Martínez y Adolfo Mathias Gil. Como secretario, figuró José Ricardo García Díaz y el cargo de vicesecretario quedó cubierto por Luís Claveríe Rodríguez. Tesorero y vicetesorero fueron Jesús Artal Aramendi y José Pérez Galván. Contador y vicecontador José Delgado Díaz y José García Ortoll, como vocales figuraron Juan Fuentes Bertrán, Gumersindo Robayna Galván, Leoncio Oramas Tolosa, Santiago Díaz González, Luís Sansón-Chirinos Vicens, Rafael Clavijo, Guillermo G. Camacho, Antonio Martí Martín-Fernández, Federico Rodríguez Martín, Nicolás Álvarez García, Miguel Pintor Domingo, Juan Quintero Pérez, Álvaro Delgado Brito, Gaspar González Santana, Miguel Ángel Yánez Contreras, Jaime Llorca Castell, Julián Sáenz Bethencourt, José Trujillo López y Gaspar González Santana quedando José Santana López como vocal asesor. A todos ellos se les unirían setenta y cinco socios. Quedando inscritos en el Libro de Registro del Gobierno Civil.

Estos hombres conocían las excelencias de nuestra tierra, sabían las ventajas de su afable clima y su espléndido paisaje, y desearon proceder a su divulgación, abriendo las puertas al mundo. Además, se propusieron servir de estímulo en las labores de mejora del entorno, en busca de soluciones a los diferentes problemas de cualquier índole que pudieran surgir, siempre procurando el bienestar de todos, en definitiva, el progreso y la prosperidad.